NO PIDAS AZÚCAR

PERO PRIMERO ESTAMOS EN 1985. Christoph está en Bangkok y se acaba de enamorar perdidamente de una preciosa neozelandesa que lleva años viajando por el mundo. En Australia Occidental, los dos llevan una vida feliz, pero llena de desafíos. Christoph, que se las apaña como ayudante de jardinería por falta de permiso de trabajo, admira a su bella y experimentada Suzanne, que trabaja como modelo bien pagada en la universidad de Perth. Un fin de semana en una pequeña capilla, se les predice el futuro a los dos. La adivina dice que Suzanne pronto vivirá aún más al sur, dará a luz a un hijo y ejercerá un trabajo ancestral, pero cuando ella toma la mano de Christoph, la vidente comienza a temblar y ve fuerzas oscuras y demonios siniestros. Poco después, a Suzanne le ofrecen un billete de avión excepcionalmente barato a Nueva Zelanda, y como no ha estado en casa desde hace mucho tiempo, toma una decisión espontánea, con lo cual el mundo se derrumba para Christoph, ya que pierde al amor de su vida.

UNOS DÍAS MÁS TARDE Christoph se recompone, vende su coche y hace autostop por el desierto australiano para renovar sus ideas con nuevas impresiones. Después de tres semanas en Nueva Gales del Sur, conoce a Dave, un australiano, y a Bryce, un escocés, que han tenido un accidente de coche. Sacando de nuevo el guardabarros, los tres jóvenes deciden conducir hacia el norte durante dos días, ya que la pequeña ciudad costera de Cairns, en la Gran Barrera de Coral, se convierte en un lugar de fiesta a finales de año cuando buceadores de todo el mundo llegan a sus playas junto con medusas, pero ¿puede Christoph olvidar a su Suzanne así como así?